Cuidado de los senos para la lactancia

Preparación de los senos. Hay quien recomienda una preparación local de los pezones durante las últimas semanas del embarazo, a base de alcohol yodado o diversas pomadas. Si bien la eficacia de estas prácticas es dudosa, al menos no son nocivas.

Reglas generales. Una regla esencial: evitar las infecciones mediante una perfecta higiene de los pezones. Es recomendable usar un buen sujetador de lactancia; debe ser de talla adecuada, a fin de que mantenga bien el pecho pero sin comprimirlo. Durante los primeros días, una amplia venda puede sustituir al sujetador.

El régimen alimenticio a lo largo de la lactancia debe ser equilibrado, variado, rico en calcio y abundante en líquidos que no sean gaseosos ni alcohólicos. Asimismo, debes abstenerte de tomar cualquier medicamento sin antes consultar al médico.

Generalidades sobre la lactancia

Antes de la secreción de la leche, aparece hacia el final del embarazo una secreción de calostro, un líquido espeso y amarillento que contiene grasas.

La subida de la leche, verdadero comienzo de la lactación, se produce hacia el segundo o tercer día después del parto. Los senos están hinchados y turgentes, y a menudo duelen bastante; no es raro que aparezca en ese momento algo de fiebre.

Una vez comenzada, la secreción de la leche se mantiene por reflejo; en efecto, la repetida succión del pezón por parte del lactante crea un reflejo que por sí solo basta para mantener la secreción de la leche.

Dicha secreción se interrumpe por sí misma, de modo progresivo, a medida que disminuye el número de mamadas cuando se procede a destetar al niño.

El puerperio

El período denominado puerperio o sobreparto se extiende desde el parto hasta la primera regla después del mismo.

Dos fenómenos fisiológicos esenciales dominan el período del puerperio:

— el regreso del organismo a su estado anterior;

— la función de lactación, que no sólo pone en juego a las glándulas mamarias, sino que influye asimismo en el conjunto de funciones hormonales, así como en la aparición de la regla.

La vigilancia y cuidados de las parturientas giran pues en torno a estos dos polos principales: vigilancia y cuidado de los senos y vigilancia y cuidado del abdomen y de los órganos genitales.

Dejar de amamantar

Si crees que ya es tiempo de que tu hija abandone el pecho, tienes que ayudarla. Cuando los niños son grandecitos, es bueno intentar un diálogo con ellos para explicarles que ese cambio no debe hacerlo pensar que mamá lo va a abandonar.

Para poder hablar sobre el tema, es necesario que estés convencida de que debes dejar de amamantarla. Ese convencimiento y la tranquilidad de saber que no le estás haciendo mal. la ayudará a desprenderse sin dificultad. Pero si dudas entre dejar de amamantar o continuar haciéndolo, es necesario consultar con el pediatra: seguramente él te ayudará a alcanzar la seguridad necesaria para encarar esta nueva etapa.

suero de leche

Algunos médicos recomiendan suero de leche o leche acidulada para ciertas criaturas, mas deben emplearse conforme a las instrucciones del médico.

La leche (fresca pasteurizada, evaporada o seca), puede fortificarse con vitamina D de varias maneras. Si la leche contiene (según indican la tapa y el rótulo) hasta 400 unidades farmacopeicas de vitamina D por litro (tratándose de leche evaporada o seca, 400 unidades por litro después de agregar el agua), generalmente basta con litro y medio diario para impedir el raquitismo en la mayor parte de las criaturas.

Sin embargo, muchos médicos opinan que no hay que atenerse a la leche como única fuente de vitamina D, aunque contenga hasta 400 unidades de dicha vitamina.

Chuparse el dedo

Los niños poseen una formula mágica para ahuyentar las penas o conciliar el sueño. Basta con meterse un dedo en la boca y ¡a chupar! Pero no todos tienen el mismo estilo...

Chupar es vital para los bebés: es la única forma de procurarse alimento y, además, de conseguir satisfacción, consuelo y serenidad.

Es esta una costumbre que no se acaba con la época de lactancia. Cuando un niño de esta edad se siente triste o necesita consuelo, suele llevarse algo a la boca instintivamente. Un largo viaje en coche, una sensación de peligro (aunque éste no sea real), la oscuridad de la noche.... todo se hace más llevadero chupando.

Es fácil comprobar que esto ocurre con mucha frecuencia, especialmente a la hora de irse a la cama. Casi todos los niños se duermen succionando algo (los dedos, el chupete, un muñeco o su trapito). Chupar les trae recuerdos de cuando se quedaban dormidos sobre el pecho de su madre, después de mamar; es decir, les da confianza y seguridad. Eso sí, cada niño suele tener su propia técnica.

Lactancia materna y muerte súbita

Además de las diferentes posiciones para que el bebé duerma, de evitar el humo del cigarrillo en el ámbito donde él está, de no abrigarlo demasiado, etc., para evitar el síndrome de muerte súbita del lactante es fundamental estimular la lactancia materna. El bebé alimentado con el pecho está más protegido de infecciones virales y de gastroenteritis.

El síndrome de muerte súbita del lactante produce mucha angustia y temor en los padres, pero no se evita ignorándolo o no hablando del tema. Por el contrario, se previene tomando todos los recaudos que hemos señalado y dándole la importancia que merece.

Cómo evitar dificultades durante la lactancia

Para evitar dificultades mamarias durante la lactancia, conviene tener en cuenta algunos cuidados:

• Utilizar un adecuado pórtasenos, ni demasiado ajustado ni demasiado suelto, para que la mama quede bien sostenida.

• Cuidar la higiene de las manos de quienes se encargan del bebé, ya que se puede alojar en la faringe del chiquito una bacteria que si se tramite a la mamá cuando él chupa, genera la infección más común en los pechos, la mastitis.

• No dejar que el niño siga succionando demasiado tiempo cuando ya no hay leche. Si utiliza al seno de chupete, lo humedece de tal manera que le quita toda fuerza al pezón y lo hace más susceptible a las infecciones.

• Mantener siempre limpio y seco el pezón. Antes y después de dar de mamar, conviene enjuagarlo con agua y un poco de bicarbonato o biborato de sodio que neutralizan la acidez de la saliva del bebé. Entre lactada y lactada, también se pueden pasar pomadas recuperadoras de la piel combinadas con vitaminas A y D, y usar un protector especial para que el pezón no se lastime.

• No tironear para desprender del seno al bebé cuando ya está saciado. Intentarlo muy suavemente, oprimiendo apenas la nariz del nene para que abra la boca y suelte el pezón.

leche fresca

El problema del abastecimiento de leche varía considerablemente según que el individuo viva en una ciudad grande, en una población pequeña o aldea, o distrito rural. En la mayor parte de las grandes ciudades y en muchas poblaciones pequeñas se han dictado leyes que reglamentan la producción y cuidado de toda la leche para la venta, y establecen normas para diferentes clases. Estas normas o patrones tornan en consideración la composición de la leche (y en particular el tanto por ciento de grasa), las condiciones en que se produce, el número de bacterias que contiene en el momento de su entrega, y si va a venderse cruda o pasteurizada. En las poblacionesse encuentran de venta varias clases de leche, pero las normas para cada clase no son iguales en todas partes.
La leche marcada "certificada" ha sido producida en condiciones tan buenas que se conforma a los requisitos de una comisión médica. Estos requisitos comprenden limpieza do las vacas, establos, lecherías y manipuladores, ciertas normas en cuanto a medios de lavado y de saneamiento, inspección médica de los manipuladores, inspección veterinaria de las vacas—incluso comprobación con tuberculina cada 6 mese3—y una leche de bajo contenido bacteriano.

leche seca

La leche seca o en polvo se fabrica extrayéndole el agua, y sin agregarle nada. Las leches secas varían en su composición según la clase de leche de que se prepare íntegra, desnatada o semidesnatada, dulce o acida. Después de abrir la lata, hay que conservarla herméticamente tapada y guardarla en un sitio fresco alejada del polvo. Para extraerla y prepararla para empleo hay que utilizar utensilios meticulosamente limpios. El polvo se licúa agregándole suficiente agua (véanse las instrucciones en el paquete) a fin de que la mezcla posea el valor de la leche líquida de la cual se preparó: leche íntegra, leche desnatada o semidesnatada. Puede usarse entonces como si fuera leche fresca, agregándole agua y azúcar conforme a la fórmula del doctor, e hirviéndola.