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sábado, 12 de marzo de 2011

Chuparse el dedo



Los niños poseen una formula mágica para ahuyentar las penas o conciliar el sueño. Basta con meterse un dedo en la boca y ¡a chupar! Pero no todos tienen el mismo estilo...

Chupar es vital para los bebés: es la única forma de procurarse alimento y, además, de conseguir satisfacción, consuelo y serenidad.

Es esta una costumbre que no se acaba con la época de lactancia. Cuando un niño de esta edad se siente triste o necesita consuelo, suele llevarse algo a la boca instintivamente. Un largo viaje en coche, una sensación de peligro (aunque éste no sea real), la oscuridad de la noche.... todo se hace más llevadero chupando.

Es fácil comprobar que esto ocurre con mucha frecuencia, especialmente a la hora de irse a la cama. Casi todos los niños se duermen succionando algo (los dedos, el chupete, un muñeco o su trapito). Chupar les trae recuerdos de cuando se quedaban dormidos sobre el pecho de su madre, después de mamar; es decir, les da confianza y seguridad. Eso sí, cada niño suele tener su propia técnica.

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