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jueves, 23 de junio de 2011

Vigilancia de los senos durante la lactancia


En cada mamada debes explorar con atención la superficie del pezón, a fin de localizar cualquier grieta, que supone una puerta abierta a la infección. Las grietas son pequeñas fisuras muy dolorosas, sobre todo al succionar. Son especialmente frecuentes al comienzo de la lactancia. A veces sangran, por lo que puede resultar útil recurrir durante algunos días a la mamadera, menos traumatizante que la mamada directa.

Advierte, en fin, al médico de cualquier dolor anormal o cualquier enrojecimiento de la piel, que pueden ser signos de una incipiente infección.

Cuidados de los senos. Deben ser efectuados en cada mamada; debes hacerlos tú misma siguiendo las instrucciones, y bajo la vigilancia de la enfermera o comadrona.

a) Antes de la mamada:
— lavarse bien las manos;
— evitar cualquier enfriamiento o corriente de aire;
— limpiar suavemente el pezón con agua estéril pura;
— instalar al niño en una posición cómoda tanto para él como para ti misma;
— presentar el pezón de manera adecuada,

b) Después de la mamada:
— de nuevo, limpiar bien el pezón;
— sobre todo secarlo perfectamente, ya que la humedad provoca, la maceración y las grietas;
— aplicar de inmediato, según las prescripciones, una de las numerosas preparaciones recomendadas: alcohol yodado, glicerina, pomadas diversas, destinadas a prevenir las grietas;
— recubrir por último el pezón con una compresa esterilizada y seca.

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