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martes, 1 de marzo de 2011

Las primeras semanas con el recién nacido


Además de buscar ayuda con el hijo mayor y las tareas de la casa, durante las primeras semanas con el recién nacido en casa, es aconsejable:

Establecer prioridades. Cuando hay niños en casa siempre queda algo por hacer. Conviene mentalizarse de que durante unas semanas, la vida puede ser un completo caos porque el bebé no tiene un ritmo establecido. No hay ningún apuro por volver a la vida normal.

• Relegar las tareas domésticas a un segundo plano y dar un margen de confianza a la pareja si lo hace despacio o mal. Si lo criticamos o hacemos todo nosotras para terminar antes, le quitaremos las ganas de colaborar.

Alimentarse bien y no olvidarse de tomar agua y líquidos. Una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, cereales y pescados ayuda a tomar fuerzas y a recuperarse antes.

Descansar lo suficiente y procurar dormir cuando lo haga el bebé, mientras el otro hijo esté en el colegio.

• Intentar mantener la calma y no dejarse llevar por los nervios, porque el recién nacido lo nota y se altera más.

• Anotarse en un grupo posparto donde ir con el bebé mientras su hermano está en el jardín o en el colegio. Los centros de maternidad ayudan a la madre a ajustarse a las necesidades del recién nacido, al tiempo que comparte experiencias con otras mujeres en la misma situación.

• Limitar las visitas hasta que la madre esté recuperada del todo. Su intención es buena, pero pueden resultar agotadoras, especialmente cuando no son de confianza.

• Hablar de los sentimientos. Si se guardan, al final explotan y pueden afectar a la relación de pareja. Desahogarse es primordial.

• Invitar a las amigas a casa, para pasar un rato agradable, y recordar que ser mamá no significa estar todo el día enclaustrada. El aire libre es muy sano y despeja la mente.

• Dejarse ayudar. Intentar hacerse la fuerte es peor.

• Pensar que la etapa más difícil dura poco tiempo y que la alegría compensa el cansancio. Además, la experiencia anterior puede ser útil para desenvolverse con el bebé.

martes, 29 de junio de 2010

El chupete en los bebés


Año tras año aparece un nuevo libro de puericultura que vilipendia o alaba al chupete. En realidad, bebe sonambulo, es cierto: hay algunos que son enormes y desfiguran al más hermoso de los bebés. Pero también es verdad que hay ocasiones en que algunos bebés, a determinada edad, necesitan chupetear. Cuando tienen cólicos y lloran con toda el alma, el chupete los alivia. Cuando no logran conciliar el sueño, los lleva a la calma.

Hay bebés que son por naturaleza muy inquietos y lo requieren más que otros. A una edad en que todos los placeres son orales, el chupete proporciona momentos de satisfacción. Hay que tener en cuenta que la vida del niño no está todavía perfectamente organizada; se le ofrecen muy pocos motivos de distracción y depende todo el tiempo de los demás.

Facilitarle un chupete cuando recién empieza a vivir no quiere decir que seguirá usándolo hasta que vaya a la escuela. La relación con un chico implica tolerancia y seguridad, y el chupete, pese a sus detractores, siempre se las brinda.

miércoles, 7 de octubre de 2009

peso bebes

peso bebes
Una cucharada rasa de azúcar granulada o de jarabe de maíz, pesa lo mismo que % cucharadas de azúcar de malta o de leche, por lo cual, si se emplean éstas, se necesitará una cantidad mayor. Durante la primera semana de vida el bebe de 3.2 kg.de peso necesita por lo general que se agregue 1 cucharada rasa de azúcar granulada a su ración de fórmula láctea para el día. Durante el primer mes puede acrecentarse esto gradualmente a 2 cucharadas rasas; en el segundo mes a y en el tercero o cuarto meses a 3. La mayoría de los niños no necesitarán en ninguna ocasión más de 3 cucharadas rasas diarias de azúcar granulada, o 4% cucharadas de azúcar de malta o de leche.