Los reflejos innatos son reflejos que ya están formados en el ser desde el nacimiento. El mejor ejemplo de reflejo innato es el reflejo de succión. Casi en seguida de nacer, si excitamos la mucosa de los labios del bebé, éste chupa. Es decir: la excitación de la mucosa de los labios llega hasta el sistema nervioso e inmediatamente éste ordena la contracción de aquellos músculos de la cara que hacen la succión y el bebé chupa.
Hay una serie de reflejos ya formados en el recién nacido que le permiten enfrentar las primeras etapas de la vida. Pero el hombre no podría vivir solamente con los reflejos innatos. La vida, a medida que nos desarrollamos se va haciendo más y más compleja, más difícil.
Hay una serie de reflejos ya formados en el recién nacido que le permiten enfrentar las primeras etapas de la vida. Pero el hombre no podría vivir solamente con los reflejos innatos. La vida, a medida que nos desarrollamos se va haciendo más y más compleja, más difícil.
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