El chico de un año tiene defensas propias para luchar contra muchos de los gérmenes con los que entra en contacto, y no hay que ser tan escrupuloso con su higiene. Ya no es preciso esterilizar chupetes, mamaderas y utensilios de comida; basta con lavarlos antes de cada uso y cuando se caen al suelo o se ensucian, por ejemplo: cuando otro niño o adulto los chupa.
Probar la comida con su cuchara, limpiar el chupete con nuestra saliva o meterse la tetina en la boca para comprobar la temperatura de la leche no dejan de ser hábitos poco recomendables, ya que son una vía de transmisión de bacterias, virus y enfermedades. Algunos expertos afirman incluso que ésta puede ser una forma de contagio de los microorganismos responsables de la formación de caries. Lo mejor es que hables con tu suegra y le plantees abiertamente la cuestión.
Probar la comida con su cuchara, limpiar el chupete con nuestra saliva o meterse la tetina en la boca para comprobar la temperatura de la leche no dejan de ser hábitos poco recomendables, ya que son una vía de transmisión de bacterias, virus y enfermedades. Algunos expertos afirman incluso que ésta puede ser una forma de contagio de los microorganismos responsables de la formación de caries. Lo mejor es que hables con tu suegra y le plantees abiertamente la cuestión.
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