Es aconsejable que el bebé duerma en el cuarto con los padres durante los primeros tres meses de vida. Se ha demostrado que esta situación actúa como factor protector contra el SMSL (Síndrome de muerte súbita del lactante). Ahora bien, hay que evitar que el pequeño duerma en la cama con los padres, menos aún entre ellos, ya que al quedar más abajo que los papas respira toda el aire espirado por ellos y recibe así más anhídrido carbónico que oxígeno.
Puede compartir la cama con los papas "a la hora de los mimos" o para tomar el pecho o para dormir, siempre y cuando ellos estén despiertos.
Cuando se lo acuesta es importante que los brazos queden fuera de la sábana o manta de abrigo, para que pueda reaccionar con mayor libertad, y que los pies toquen el borde de la cuna o moisés, ya que de ese modo se evita su desplazamiento hacia abajo. El colchón debe ser firme.
Por otra parte, no se debe abrigar demasiado al bebé ni permitir que duerma en un ambiente muy caluroso. Ambas situaciones y el dormir boca abajo son facilitadoras de la aparición del síndrome de muerte súbita del lactante.
Puede compartir la cama con los papas "a la hora de los mimos" o para tomar el pecho o para dormir, siempre y cuando ellos estén despiertos.
Cuando se lo acuesta es importante que los brazos queden fuera de la sábana o manta de abrigo, para que pueda reaccionar con mayor libertad, y que los pies toquen el borde de la cuna o moisés, ya que de ese modo se evita su desplazamiento hacia abajo. El colchón debe ser firme.
Por otra parte, no se debe abrigar demasiado al bebé ni permitir que duerma en un ambiente muy caluroso. Ambas situaciones y el dormir boca abajo son facilitadoras de la aparición del síndrome de muerte súbita del lactante.