Cuando el bebé sea un poco más grande, aproximadamente a los nueve meses el temor a la hora de dormir puede intensificarse: es la hora de la oscuridad, de la separación de papá y mamá, de la soledad y del miedo. Para hacerle más llevadero ese momento, se pueden establecer una serie de rituales que le den seguridad y lo relajen.
Preparar un ritual nocturno es muy sencillo. Muchas veces basta con darles su muñeca o su osito preferidos y repetir todos días la misma operación. Adoran la repetición y el orden y les gusta ver que todas noches mamá está ahí para traerles su peluche y decirles "buenas noches" y que puede ser un día sí y el otro no, esté dispuesta a contarle ese cuento que ya ha oído cientos de veces..., pero que le encanta.
En definitiva, una sencilla y corta ceremonia que prepare al bebé para un sueño tranquilo. Puede ser un beso, un abrazo, un verso o un arrorró. Además, estos rituales son una linda forma de comunicarnos con nuestro hijo a través de todo los sentidos, convirtiendo el "vamos a la cama" en un momento esperado. Una forma más de expresarle nuestro amor constituye, seguramente, el mejor ritual para un bebé.
Preparar un ritual nocturno es muy sencillo. Muchas veces basta con darles su muñeca o su osito preferidos y repetir todos días la misma operación. Adoran la repetición y el orden y les gusta ver que todas noches mamá está ahí para traerles su peluche y decirles "buenas noches" y que puede ser un día sí y el otro no, esté dispuesta a contarle ese cuento que ya ha oído cientos de veces..., pero que le encanta.
En definitiva, una sencilla y corta ceremonia que prepare al bebé para un sueño tranquilo. Puede ser un beso, un abrazo, un verso o un arrorró. Además, estos rituales son una linda forma de comunicarnos con nuestro hijo a través de todo los sentidos, convirtiendo el "vamos a la cama" en un momento esperado. Una forma más de expresarle nuestro amor constituye, seguramente, el mejor ritual para un bebé.