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jueves, 3 de mayo de 2012

Dos bebés seguidos


Mamaderas, pañales, baberos, papillas, cacas, pises, cunas, cochecitos, horarios cambiados, llantos nocturnos, ojeras, sueño... sobre todo mucho sueño. Estas han sido las máximas que han gobernado mi vida durante los últimos veinte meses, fecha en la que mi hijo más pequeño, Juan, decidió venir al mundo sin pedir permiso y con la intención de no permitir que Camila, un año y medio mayor que él, se convirtiera en hija única durante un período de tiempo razonable.

Cuando la prueba del embarazo dijo sí por primera vez me puse tan contenta que me creía la única mujer embarazada sobre la faz de la Tierra. Por fin iba a ser mamá. ¡Fantástico! Pero cuando sólo dieciocho meses después el test volvió a mostrar su cara positiva, la mía se transfiguró.

La segunda vez es bastante diferente

El panorama no era para menos: Camila sólo tenía nueve meses, aún le daba dos tomas de pecho, se despertaba un promedio de diez veces por la noche (de verdad, no estoy exagerando), y la sola idea de hacer un bis maternal en un período de tiempo récord, me convirtió en un manantial inagotable de lágrimas durante unas cuantas semanas.

Ocho meses después nació Juan, antes de tiempo, con mucho apuro por husmear lo que pasaba afuera. Dejé de no dormir, debido al peso de la panza, para pasar a no pegar ni un ojo entre los llantos alternos y a veces conjuntos de mis dos retoños: uno reclamando su porción de teta cada tres horas con la precisión de un reloj suizo, la otra exigiendo mi presencia junto a su cunita para recordarme que ella había llegado antes.

Tras los primeros días de caos, llantos y desesperación por mi parte, decidí mirar las cosas con otra óptica, o al menos intentarlo. Muchas madres antes que yo -entre otras la mía- habían sacado adelante a su numerosa prole y, ¡milagro!, habían sobrevivido. Así que puse manos a la obra y elaboré un plan que me permitiera salir airosa de la prueba sin demasiadas heridas de guerra.



El diseño de un plan estratégico

Después de rechazar algunas propuestas de mi inconsciente más insensato, como la de retirarme a un convento de clausura para no tener que oír más ruido que el de mis propias pisadas, o la de ir a comprar cigarrillos y no volver hasta que Juan fuera a la facultad, me di cuenta de que podía hacer muchas cosas para mejorar mi situación.

Camila fue el primer objetivo de mi estrategia: empecé , a llevarla a la guardería. Así, aunque no fuera más que durante un ratito, sólo tendría que enfrentarme con uno. Después, decidí apelar a la generosidad de los tíos, tías, abuelas y demás parientes y,con el dinero recaudado, compré un cochecito especial para llevar a dos chicos muy seguidos de diferentes edades. Se componía de un moisés en la parte posterior y, adelante, una silla normal.

Aquello, más que un cochecito, parecía un ómnibus, pero me permitió -además de airear a los bebés-ponerme en forma sin necesidad de gastar dinero en gimnasios, ya que el vehículo, cuando iba completo, pesaba alrededor de 50 kilos. Cada vez que salía de paseo era el blanco de todas las miradas: algunas, comprensivas y partidarias de los premios a la natalidad, piropeaban a los chiquitos; otras, más realistas, cuchicheaban entre sí: "¡pobrecita!".

Virus compartidos
Uno de mis grandes hallazgos fue darme cuenta de que mantener una higiene estricta con los utensilios que Juan se obstinaba en chupar hasta quedarse exhausto (chupetes, mordedores, muñequitos, cucharas, etc.) era absurdo ya que Camila se encargaba de catarlos con su lengüecita con el mismo entusiasmo que su hermano.

Después de pasarme los primeros treinta días hirviendo constantemente los artilugios del pequeño, mi pediatra vino a tranquilizarme: "Todo tiene que estar limpio, pero no pretendas que el nene no pase los resfríos y enfermedades típicas de los chicos, porque es imposible".

Así que dejé que la naturaleza siguiera su curso y ya no hacía ningún esfuerzo por impedir que la nena le mostrara a su hermano todo su amor filial besuqueándolo, tosiéndo-le encima, metiéndose en su cuna u ofreciéndole un poco de chupetín pegajoso y repleto de los virus que ella se encargaba a su vez de adquirir día a día en la guardería. Juan pasó su primer invierno resfriado, pero el segundo lo ha superado sin saber lo que son los mocos. Y yo me ahorré muchos esfuerzos inútiles.

Siempre había sido una ignorante total de los quehaceres hogareños. Pensaba que cualquiera podía hacerlos, pero me di cuenta de que ser ama de casa y mamá es mucho más complicado que salir a trabajar. Hasta dónde llegaría mi grado de desesperación maternal, que estaba deseando que llegara el lunes para ir a la oficina y cambiar el sonido de los gritos, llantos y peleas de mis chicos por las discusiones y chismes de mis compañeros de trabajo.

Poco a poco me fui organizando. Por ejemplo, le enseñé a comer sola a la mayor y, a los 18 meses, cenaba en su sillita que daba gusto verla. A los tres meses, el pequeño era un experto en tomarse la mamadera sólito en el moisés bajo mi vigilancia. Mientras tanto, yo preparaba pijamas, baños, abría cunitas y soñaba con el momento de acostarme en la cama viendo la tele.

Las madres no somos las únicas
Papá también existe, y las abuelas y abuelos están para algo. Así que no tuve remilgos a la hora de organizarme con la familia más allegada (y sobre todo más disponible) para obtener unas cuantas horas libres que me permitieran dedicarme a lo que más me gustaba (que en la mayoría de los casos consistía simplemente en dormir).

Algunos fines de semana, Camila emprendía un pequeño viaje, facturada con destino al domicilio de su abuela paterna; Juan se quedaba en casa durmiendo en compañía de su abuela materna... ¡Y yo aprovechaba para salir a ventilarme un poco! Lo hacía con tanta dedicación que, más de una vez, he visto dos películas seguidas: la sesión de noche y después la de madrugada.

Pero quizá la astucia que mejor resultado me ha dado fue hacerle ver a mi hija Camila que a papá se le podían pedir las mismas cosas que a mamá y que jugar con él resultaba muchísimo más divertido que perseguir a mamá por toda la casa. Fue difícil, pero terminó por entenderlo.

Posteriormente, sólo me quedó especializarme en economía doméstica para localizar los comercios donde los pañales fueran más baratos. También me compré dos joggins para ponerme "a trabajar" cuando llegaba a casa y conseguir mantener mi vestuario sin demasiados lamparones y residuos infantiles. Hice un master en salvamento y socorrismo para bañar a los dos a la vez sin que el más chiquito corriera el peligro de perecer ahogado con las caricias acuáticas de su hermana. Y me doctoré cum laude en paciencia, lo que me permitió reprimir mis instintos agresivos -que los he tenido-, cuando la nena despertaba al varoncito por hacer una gracia, o Juan decidía que los juguetes, después de haber sido recogidos por décima vez, quedaban mejor esparcidos por la alfombra, o cuando Camila decidía demostrarme que era grande destrozando mi mejor labial.

Con el tiempo, todo se olvida

Hoy, a veinte meses, las cosas han cambiado mucho. Ya duermo mis ocho horas seguidas, he dejado de ser la principal fuente de alimento de Juan, he desterrado el cochecito biplaza al garaje y mis hijos son más personas y menos bebés; hasta lo pasan bien juntos...

Y ahora, lejos de pensar en renunciar, estoy encantada con ellos. Su papá y yo no descartamos la idea de tener otro. ¿Una locura? Es posible, pero estoy segura de que la experiencia con los anteriores nos servirá para algo, ¿o no?

lunes, 15 de agosto de 2011

Embarazadas sin angustia


El acceder a este tipo de diagnóstico prenatal es una decisión personal de la embarazada y su marido. No creemos que ningún colega se oponga a este tipo de estudio si el mismo no implica un peligro específico para un embarazo determinado pero, aún si ello ocurriese, no podría impedir la decisión personal de la pareja.

El conocimiento oportuno de la presencia de una malformación o un error genético permite al matrimonio acomodar su espíritu y su entorno familiar para la llegada del bebé-problema con la debida anticipación. Es de esperar que la técnica nos brinde cada vez mejores elementos con los que se puedan realizar diagnósticos más precoces, exactos y menos peligrosos para el embarazo; así como mejores tratamientos pre y posnatales inmediatos.

La consulta genética prenatal permite desechar temores y disfrutar mejor del embarazo. Los padres tienen derecho a saber si su bebé nacerá sano; para detectar posibles anomalías la ciencia cuenta con una serie de técnicas que permiten conocer la salud del feto.

viernes, 10 de junio de 2011

Un bebe recien nacido


Recién nacido de bajo peso

El diagnóstico de retraso de crecimiento es efectuado por el obstetra, por medio de los controles habituales del embarazo, y, a partir de allí. El caso requiere una evaluación cuidadosa. Las decisiones están condicionadas al momento de aparición del retardo y a la evolución posterior del niño.

Cuanto más precoz y más seria es la denutrición fetal, existen mayores riesgos de compromiso neurológico e intelectual del niño, de allí la decisión de interrumpir tempranamente algunos embarazos, cuando se considera que el feto está corriendo serios riesgos. No obstante, afortunadamente, el retraso de crecimiento más frecuente es el del último trimestre, cuyos efectos son menos

Los niños que nacen en estas condiciones evidencian una gran capacidad de recuperación de los déficit durante los primeros 6 meses de vida. En el momento del ingreso escolar, los niños nacidos con desnutriciones severas habrán superado estos déficit iniciales. Esta evolución está en relación directa con las condiciones de estímulo del ambiente hogareño. Creemos necesario un seguimiento cuidadoso de los bebés nacidos muy pequeños, durante los primeros días de vida, para garantizar el desarrollo completo de sus potencialidades.

lunes, 28 de marzo de 2011

Alimentacion del bebe



QUÉ MEZCLA DEBE USARSE DURANTE EL DESTETE

Cuando va a destetarse a un bebe amamantado, conviene comenzar con una mezcla de leche que no alcance la concentración completa para su edad, pero acrecentándola pronto hasta su concentración completa. Al principio del destete, la cantidad de leche necesaria se calcula sobre la base de no más de 100 ce diarios de leche por kg. de peso.

Según se ha indicado en la sección del destete (p. 72), sólo se suministra al principio una comida artificial al día, dándose las otras tres comidas al pecho. Puede determinarse la cantidad de leche que debe suministrarse en esta comida aislada multiplicando 100 por
Criatura de 8 meses que pesa 8 kg

Leche íntergra, 850 cc
Dénsele de 210 a 240 cc cada cuatro horas, 4 comidas en 24 horas
ó
Leche íntegra, 840 cc
Agua, 120 cc
Dénsele 240 cc cada 4 horas, 4 comidas en 24 horas.

Jugo de naranja, 2 cucharadas dos veces al día,o jugo de tomate, 4 cucharadas dos veces al día.
Aceite de hígado de bacalao, 1% cucharaditas dos veces al día.
Cereal cocido, 4 ó 5 cucharadas dos veces al día.
Yema de huevo, una, una vez al día.
Legumbres majadas, 3 cucharadas una vez al día.
Tostada seca o "zwieback" de vez en cuando con las comidas.

sábado, 19 de marzo de 2011

¿Dientes en peligro?



Otra preocupación de los padres con niños muy aficionados a chupar es el bienestar físico de sus hijos. Temen que al tener algo metido en la boca durante tanto tiempo, los dientes o el paladar puedan verse perjudicados. Los especialistas en ortodoncia infantil no comparten sus temores, siempre y cuando los niños no tengan la boca constantemente llena.

En el peor de los casos, el exceso de presión en la boca frenaría el desarrollo normal del paladar. Este se va abombando y, en consecuencia, el maxilar superior resulta excesivamente estrecho: los molares superiores se adelantan al carecer de espacio, y al cerrar la boca, ya no coinciden con los de abajo.

Si esta malformación llega a producirse, requerirá un tratamiento específico. El primer paso consistirá en lograr que el pequeño mantenga los dedos fuera de la boca. Eso es difícil de conseguir, pero absolutamente necesario. Antaño se recurría a métodos que hoy en día se consideran una barbaridad como, por ejemplo, untar los dedos con algún líquido amargo o poner a los niños guantes durante la noche. Incluso se llegaba a vendarles las manos. Sistemas no sólo salvajes, sino también inútiles.

La única manera de conseguir resultados positivos es mostrarse comprensivo, averiguar por qué un niño se chupa el dedo más allá de lo normal, o qué se le impide desprenderse del chupete e intentar ayudarlo a superar su problema desde "dentro".

domingo, 28 de noviembre de 2010

Bebe 6 meses

Bebe 6 meses
A esta edad, solamente debe darse agua entre las comidas, o agregarse a la fórmula. Por ejemplo:
Leche íntegra, 840 ce. Azúcar granulada, 2 cucharadas rasas. Agua, únicamente entre comidas. Dénsele 210 ce cada 4 horas (.4 comidas en 24 horas).
Leche íntegra, 840 ce. Azúcar granulada, 2 cucharadas rasas. Agua, 120 ce.
Dénsele 240 ce cada 4 horas {4 comidas en 24 horas).
Jugo de naranja, 2 cucharadas dos veces al día (o jugo de tomate, 4 cucharadas
dos veces al día). Aceite de hígado de bacalao, 1% cucharaditas dos veces al día. Cereal cocido, de 3 a 4 cucharadas dos veces al día (la segunda porción de cereal
por lo general antes de la comida de las 6 de la tarde). Yema de huevo, una, una vez al día. Legumbres majadas, 1 cucharada una vez al día.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Bebe 2 meses

Bebe 2 meses
Bebé de 2 meses que pesa 4-8 kg.
Leche íntegra, 495 ce. Azúcar granulada, 3 cucharadas rasas. Agua, 180 ce.
Dénsele 185 ce cada 4 horas (5 comidas en 24 horas). Jugo de naranja, 2 cucharadas dos veces al día (o jugo de tomate, 4 cucharadas dos veces al día).
Aceite de hígado de bacalao, 1 cucharadita dos veces al día.
Criatura de 8 meses que pesa 5 kg.
Leche íntegra, 570 ce. Azúcar granulada, 3 cucharadas rasas. Agua, 180 ce.
Dénsele 150 ce cada 4 horas (5 comidas en 24 horas). Jugo de naranja, 2 cucharadas dos veces al día (o jugo de tomate, 4 cucharadas
dos veces al día). Aceite de hígado'de bacalao, 1% cucharaditas dos veces al día.
Criatura de 4 meses que pesa 5.7 kg.
Leche íntegra, 660 ce. Azúcar granulada, 3 cucharadas rasas. Agua, 240 ce.
Dénsele 180 ce cada 4 horas (6 comidas en 24 horas). Jugo de naranja, 2 cucharadas dos veces al día (o jugo de tomate, 4 cucharadas
dos veces al día). Aceite de hígado de bacalao, V/t cucharaditas dos veces al día. Cereal cocido, 1 ó 2 cucharadas una vez al día, por lo común precisamente antes
del biberón de las 10 de la mañana. Yema de huevo, una vez al día (para la cantidad que debe dársele la primera vez
véase la p. 77), por lo común en la comida de las 2 o de las 6 de la tarde.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Bebe de 3 semanas

Bebe de 3 semanas
Bebé de 3 semanas que pesa 3.4 kg.
Leche íntegra, 360 ce. Azúcar granulada, 2 cucharadas rasas. Agua, 180 ce.
Dénsele 90 ce cada 4 horas (6 comidas en 24 horas). Jugo de naranja, 1 cucharadita dos veces al día (o jugo de tomate, 2 cucharaditas
dos veces al día). Aceite de hígado de bacalao, 1 cucharadita dos veces al día
Criatura de 1 mes que pesa 3.5 kg.
Leche íntegra, 420 ce. Azúcar granulada, 2% cucharadas rasas. Agua, 180 ce. Dénsele 120 ce cada 4 horas (5 comidas en 24 horas, o si todavía se suministra la comida de las 2 de la mañana, empléense 300 ce de agua en la mezcla láctea, y dénsele 6 comidas). Jugo de naranja, 2 cucharaditas dos veces al día (o jugo de tomate, 4 cucharaditas
dos veces al día). Aceite de hígado de bacalao, 1 cucharadita dos veces al día

jueves, 11 de noviembre de 2010

para mi bebe

para mi bebe
Cantidad de mezcla láctea que se suministrará en cada comida.—La cantidad de fórmula láctea suministrada en el bebe en cada comida es al principio pequeña, aumentándose gradualmente al ir creciendo el niño. El bebe alimentado a plazos de 4 horas recibe comidas más grandes que la alimentada cada 3 horas. La cantidad de alimento consumida en cada comida varía considerablemente. Conviene siempre comenzar con pequeñas cantidades, de 60 a 75 ce, y aumentarlas gradualmente mes tras mes hasta llegar a un máximo de 240 ce en cada comida. El bebe debe tomar toda su comida en 15 a 20 minutos.
Total de fórmula láctea en 24 horas.—Es importante calcular el total de la mezcla de leche que debe recibir un bebe en un día, a fin de saber cuánta agua hay que agregar a la leche para formar el total de la alimentación durante el período de 24 horas. Esto se hace multiplicando la cantidad agregada para cada comida por el número de comidas. Por ejemplo, si un nene de 4 meses recibe 5 comidas de 180 ce cada una, el total durante las 24 horas llegará a 900 ce.

miércoles, 20 de enero de 2010

Sonda


Niño o niña, una sonda lo investiga
La inventaron unos científicos británicos: se trata de una sonda génica, obtenida de ciertas sustancias de una serpiente venenosa de la India, capaz de indicar el sexo de un determinado espermatozoide. Todos sabemos que el sexo de un niño lo determina el padre.

Si el espermatozoide que fecunda al óvulo lleva el cromosoma Y, se produce un varón, y si lleva el cromosoma X, el nuevo ser será niña. Gracias a la sonda, junto con nuevas técnicas de separación de espermatozoides y la fertilización in vitro, en un futuro próximo será posible procrear, con muy poco margen de error, bebés del sexo apetecido.

Esto no es un capricho sino una necesidad vital para todos aquellos padres que pueden transmitir a sus hijos enfermedades hereditarias vinculadas al sexo, como la hemofilia o la distrofia muscular de Duchenne, enfermedades que sólo afectan a los varones. Estos padres pronto podrán tener descendencia sana.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Bebe alimentacion

Bebe alimentacion
Cuando va a destetarse a un bebé amamantado, conviene comenzar con una mezcla de leche que no alcance la concentración completa para su edad, pero acrecentándola pronto hasta su concentración completa. Al principio del destete, la cantidad de leche necesaria se calcula sobre la base de no más de 100 ce diarios de leche por kg. de peso. Según se ha indicado en la sección del destete (p. 72), sólo se suministra al principio una comida artificial al día, dándose las otras tres comidas al pecho. Puede determinarse la cantidad de leche que debe suministrarse en esta comida aislada multiplicando 100 por el peso de la criatura en kg. y dividiendo el resultado por el número de comidas (por lo común cuatro), que recibe durante el día.
Por ejemplo, si va a destetarse a un bebé de 8 meses que pesa 8 kg., la cantidad de leche necesaria para una comida es la siguiente: multipliqúense 100 ce. por 8, lo cual da 800 ce; divídase esto entre 4, que es el número de comidas que recibe una criatura de 8 meses. El resultado, unos 200 ce, es la cantidad de leche que debe suministrarse en una comida artificial para comenzar el destete.
Como un bebé de 8 meses debe recibir de 210 a 240 ce de fórmula láctea en cada comida, debe agregarse suficiente agua para formar 210 6 240 ce: 10 6 40 ce de agua.

martes, 3 de noviembre de 2009

Bebe 9 meses

Bebe 9 meses
Bebés de 9, 10, u 11 meses
Leche íntegra, 840 a 960 ce en cuatro comidas de 210 ó 240 ce cada una. Agua: entre comidas.
Jugo de naranja, 2 cucharadas dos veces al día (o jugo de tomate, 4 cucharadas
dos veces al día). Aceite de hígado de bacalao, V/i cucharaditas dos veces al día. Cereal cocido, 4 6 5 cucharadas dos veces al día. Yema de huevo, una, una vez al día. Legumbres majadas, 3 cucharadas una vez al día. Tostada seca, "zwieback", compota de frutas, patatas al horno.

miércoles, 7 de octubre de 2009

peso bebes

peso bebes
Una cucharada rasa de azúcar granulada o de jarabe de maíz, pesa lo mismo que % cucharadas de azúcar de malta o de leche, por lo cual, si se emplean éstas, se necesitará una cantidad mayor. Durante la primera semana de vida el bebe de 3.2 kg.de peso necesita por lo general que se agregue 1 cucharada rasa de azúcar granulada a su ración de fórmula láctea para el día. Durante el primer mes puede acrecentarse esto gradualmente a 2 cucharadas rasas; en el segundo mes a y en el tercero o cuarto meses a 3. La mayoría de los niños no necesitarán en ninguna ocasión más de 3 cucharadas rasas diarias de azúcar granulada, o 4% cucharadas de azúcar de malta o de leche.

sábado, 3 de octubre de 2009

bebe recien nacido

bebe recien nacido
El primer día de su vida, a la criatura suele dársele agua, ya endulzada o no.Al segundo y tercer días se comienza a darle leche; 66 ce de leche por cada kg. de peso; es decir, una criatura que pese 3.2 kg. debe recibir en 24 horas 210 ce de leche, a la cual debe agregarse agua y azúcar en la forma descrita en otros posts de nuestro blog.
Del cuarto al séptimo días, la criatura necesita de 85 a 100 ce diarios de leche por kg. de peso.
Durante la segunda, tercera y cuarta semanas la criatura necesita no menos de 100 ce diarios de leche por kg. de peso.

Desde el principio del segundo mes hasta el final del noveno mes, la mayoría de las criaturas necesitan de 115 a 120 ce diarios de leche por kg. de peso. A ninguna criatura debe dársele menos de 120 ce diarios de leche por kg., ni más de 1 litro de leche en 24 horas.

martes, 29 de septiembre de 2009

colicos bebes

colicos bebes
Los coágulos que forma en el estómago de la criatura la leche hervida son pequeños y blandos, y más parecidos a los de la leche de pecho. Cuando se suministra leche hervida a un lactante, no se observan en las heces coágulos duros y grandes, porque la ebullición hace que la leche sea no sólo más higiénica sino más digestible. Muchos de los trastornos digestivos y otras dificultades creadas por la alimentación artificial, desaparecen cuando se observa rígidamente este procedimiento al preparar las comidas de la criatura.

Tal vez ésta sea la única regla que pueda dictarse para todas las criaturas alimentadas artificialmente. El estreñimiento que de cuando en cuando acompaña al empleo de la leche hervida carece de importancia en comparación con los trastornos más graves que pueden seguir al empleo de leche cruda.

domingo, 27 de septiembre de 2009

bebes cuidados

bebes cuidados
Es de la mayor importancia para toda criatura que tiene que ser aentada artificialmente que se hierva la mezcla de leche para que higiénica. La ebullición destruye todos los gérmenes de enferme que contiene la leche. También convierte la leche en más digestible. Los coágulos formados en el proceso de digerir la leche de vaca da en el estómago de la criatura, probablemente serán grandes y os, y frecuentemente se expulsan sin digerir en las heces. Estos ios de leche cruda sin digerir que se encuentran en las heces, se cen bastante a habas blancas o amarillentas.

viernes, 25 de septiembre de 2009

bebe 9 meses

bebe 9 meses
No hay ningún método aislado de alimentación que pueda abarcar as necesidades de todas las criaturas, bebe 9 meses, pero los métodos expuestos en las páginas siguientes se acomodarán a las necesidades de la mayor parte de los niños sanos: La leche de vaca (o de cabra), debe constituir el alimento principal el lactante que no es amamantado. Por lo general se prestará para , criatura de menos de 9 meses una mezcla hervida de leche de vaca ategra), agua y azúcar, variando las proporciones según las instruc-áones del médico. Después que la criatura tiene 9 meses, y a veces desde mucho antes, puede por lo general tomar leche de vaca (íntegra), mezclarla con agua y azúcar, pero debe hervirse.

sábado, 19 de septiembre de 2009

alimentacion del bebe

alimentacion del bebe
Si se deja al sol en la puerta o en una cocina caliente, alimentacion del bebe, la leche se descompondrá. Inmediatamente después de la entrega, las botellas de leche destinadas a la criatura deben colocarse en el refrigerador, en el cual la temperatura debe ser de 10° C. o menos.
Si no hay otro sitio apropiado, puede construirse en la casa una nevera para conservar la leche del niño. (Pueden obtenerse por conducto de la Oficina del Niño, Secretaría del Trabajo de los Estados Unidos, Washington, instrucciones en inglés para la fabricación de estas neveras.)
Si no hay hielo disponible, pueden colocarse las botellas de leche en el agua de un manantial corriente, o en un pozo si el agua es suficientemente fría. Las botellas deben quedar cubiertas por el agua hasta el cuello, pero teniendo cuidado de no mojar la tapa.

jueves, 17 de septiembre de 2009

leche para bebes

leche para bebes
En algunos lugares las condiciones de producción son a menudo tan poco higiénicas que se necesita doblemente la pasteurización si va a suministrarse esa leche a las criaturas. No debe suministrarse leche a los niños después e 36 horas de pasteurizada, leche para bebes. La pasteurización no elimina la necesidad de hervir la leche antes de dársela al niño. Toda la leche suministrada a un niño de pecho debe hervirse.

La leche debe también ser objeto de cuidado apropiado después que se recibe en el hogar. Si está congelada, quizás no siente bien a
algunas criaturas. Si hay que usar leche congelada, extráigase la crema después del deshielo y hiérvase la leche, lo cual por lo general la hará digerible.

martes, 15 de septiembre de 2009

leche pasteurizada

leche pasteurizada
Debido al gran peligro de que la leche pueda trasmitir enfermedades, toda la leche, incluso la certificada, debe ser debidamente pasteurizada antes de venderse para consumo. A fin de higienizar la leche, se necesita la pasteurización apropiada: calefacción por 30 minutos a una temperatura que destruye los gérmenes de enfermedad (61.1 a 2.8° C). La pasteurización no convierte la leche mala en alimento eno, ni tampoco justifica el empleo de una leche sucia—la calidad y condiciones de producción deben ser idénticas para la leche que va a pasteurizarse como para la que va a venderse cruda—pero agrega un importante factor de seguridad a toda leche.