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Aborto involuntario

 #abortoinvoluntario #aborto #perderembarazo #embarazoproblemas #embarazoperdido En los embarazos no deseados , se enfrentan a un a...

jueves, 28 de junio de 2012

La higiene de los cubiertos del niño

El chico de un año tiene defensas propias para luchar contra muchos de los gérmenes con los que entra en contacto, y no hay que ser tan escrupuloso con su higiene. Ya no es preciso esterilizar chupetes, mamaderas y utensilios de comida; basta con lavarlos antes de cada uso y cuando se caen al suelo o se ensucian, por ejemplo: cuando otro niño o adulto los chupa.

Probar la comida con su cuchara, limpiar el chupete con nuestra saliva o meterse la tetina en la boca para comprobar la temperatura de la leche no dejan de ser hábitos poco recomendables, ya que son una vía de transmisión de bacterias, virus y enfermedades. Algunos expertos afirman incluso que ésta puede ser una forma de contagio de los microorganismos responsables de la formación de caries. Lo mejor es que hables con tu suegra y le plantees abiertamente la cuestión.

jueves, 21 de junio de 2012

Cuando el bebé viene de nalgas


Aunque se logre darlo vuelta, a menudo vuelve a colocarse como estaba. Esta maniobra se ha abandonado tanto por sus riesgos como por su ineficacia. Hace 50 años se realizaba a menudo, pero dejó de hacerse porque los resultados no eran buenos. Solía ocurrir que la embarazada salía de la clínica con el bebé cabeza abajo y a los pocos días, cuando empezaba el parto, el niño estaba otra vez de cola.

El fracaso se debe fundamentalmente a que, la mayoría de las veces, el que el feto esté en una determinada postura obedece a una causa. Por ejemplo, cuando existe una alteración de la cavidad uterina (una malformación, un mioma, etc.) o una pelvis irregular o muy pequeña, el niño adopta una posición anómala, que por otro lado es la más razonable, ya que el bebé busca colocarse donde hay espacio suficiente. Aunque se logre darlo vuelta, en un número elevado de casos vuelve a adoptar la posición anterior. Antiguamente se utilizaban distintos métodos, como la colocación de vendajes laterales (en el abdomen de la mamá) para intentar mantener la postura que se había corregido; así y todo, el bebé volvía a desplazarse.


La intervención se suele realizar a partir de la semana 37 de gestación. Así, si el parto se desencadenara, el bebé sobreviviría sin dificultad. Por otro lado, antes de esa fecha, el feto se mueve aún con cierta facilidad (tanto su tamaño como el volumen del líquido amniótico se lo permiten) y puede ser que la posición de nalgas sea sólo transitoria.

Para minimizar riesgos, los médicos toman distintas medidas. Antes de empezar, hacen una ecografía para saber exactamente cómo está colocado el bebé, dónde se encuentra la placenta y dónde el cordón umbilical. Igualmente, hasta último momento madre e hijo permanecen monitorizados, es decir, conectados a un aparato que registra el latido cardíaco del bebé y la existencia o no de contracciones uterinas. Mientras tanto, se le administran a la madre medicamentos para relajar la musculatura del útero; esto facilita el giro y al mismo tiempo previene que el parto se ponga en marcha. Por si surgieran complicaciones, hay un equipo preparado para realizar una cesárea de urgencia.

Se requiere confianza y mucha tranquilidad

Antes de poner manos a la obra, los obstetras explican a la embarazada lo que va a suceder. "La mujer tiene que saber que el bebé no va a ser acariciado, sino literalmente empujado", asegura el doctor Hassbargen. "Puede resultar desagradable y quizás un poco doloroso, especialmente cuando el niño queda momentáneamente atravesado en el útero. Es preciso que la madre esté muy motivada y dispuesta a soportarlo; de lo contrario, la maniobra resulta mucho muy difícil."


jueves, 14 de junio de 2012

Falta de dilatación y contracciones débiles

Mi primer hijo nació por cesárea debido a que mis contracciones eran muy débiles y no tuve dilatación, solo dos centímetros, a pesar de haberme ayudado con goteo. Durante el embarazo tuve contracciones aisladas y fui medicada, pero a los siete meses las volví a tener (cada cinco minutos) y hubo amenaza de parto prematuro. Me recetaron entonces "ritoprine" hasta el final del embarazo. Quisiera saber si estos medicamentos influyeron para que tuvieran que practicarme una cesárea. ¿Es posible que en el próximo embarazo pueda tener un parto normal?


Como lo hemos reiterado muchas veces, es imposible hacer un diagnóstico retrospectivo de lo ocurrido en tu parto. En base a la información que nos ofreces, no existe ninguna posibilidad de determinar el motivo por el que se tuvo que realizar una cesárea.

Las "contracciones débiles" se tratan con medicamentos que las estimulan y la "falta de dilatación", por lo general no lo es tal como causa real sino sólo la consecuencia de una "falta de progresión y descenso" del bebé a lo largo del canal del parto, ya sea por el tamaño del bebé, por su posición o por el diámetro de la pelvis materna.

Algo es seguro: ninguna medicación -como la que se te administró antes del parto-puede influir en su marcha. En cuanto a tu última pregunta, es bueno que exista un período de por lo menos un año entre la cesárea y el nuevo embarazo.

jueves, 7 de junio de 2012

Métodos anticonceptivos

Conceptos como paternidad responsable, planificación familiar y educación sexual podrían evitar que se produzcan 11.000.000 de abortos por año en el mundo, en adolescentes en su mayoría solteras. Debemos ayudar a nuestros jóvenes a asumir la responsabilidad. Tenemos la obligación de darles la información que necesitan.

Existen diferentes métodos anticonceptivos: su aceptación y su eficacia dependerá de una elección a partir del conocimiento y de cuál resulte más aceptado por la pareja.

El método de las temperaturas

Suele ser mal interpretado. No siempre se conoce que los riesgos de la fecundación no desaparecen sino cuando la temperatura tomada al levantarse por la mañana se ha mantenido por encima de los 37° por más de 48 horas. Además, por lo general, cuesta mantener una programación escalonada en el tiempo.

El preservativo masculino y el diafragma femenino

Son muy conocidos como medios de protección, pero no por ello dejan de ser objeto de cierta aprensión. Hay quienes consideran tales métodos exentos de poesía y susceptibles de anular el deseo erótico, a partir del momento en que se sienten obligados a preverlo todo.

La pildora anticonceptiva
Es objeto de curiosidad y también de desconfianza por parte de los jóvenes. Expresan sus inquietudes sobre el riesgo de obesidad, cefaleas-aumento de vello, etc. Sin embargo, es el método más usado entre ellos, sobre todo porque es el de más fácil acceso y por su alto índice de eficacia (el 100 % cuando se toma con regularidad, desde el 5o día después del inicio de la menstruación hasta el día 25° del ciclo).

Los dispositivos intrauterinos

Muchos médicos opinan que la colocación de un DIU no es indicada en mujeres que no han tenido un bebé, o al menos presentado un embarazo. Esta preocupación tiene por finalidad evitar el riesgo de distender el cuello uterino y sobre todo el riesgo de infección que podría poner en peligro la función procreadora. La eficacia del DIU se sitúa en alrededor del 99% y para numerosas parejas con dificultad para ordenarse constituye el más adecuado: representa un método cómodo que evita la obligación cotidiana de ia pildora.