Tóxicos bien guardados

En la casa se acumulan muchos productos peligrosos para nuestro organismo: insecticidas, antipolillas, quitamanchas, detergentes o artículos de limpieza. Un accidente con alguno de estos tóxicos es altamente peligroso; por lo tanto, es imprescindible evitarlo a toda costa, tomando las siguientes precauciones: No quitar nunca la etiqueta ni pasar el contenido de un envase a otro.

Guardarlos lejos de los productos de alimentación. No comprar artículos con presentación atrayente (en bolitas, con envases que asemejen animales, colores llamativos, etc. En caso de accidente acudir a un hospital o llamar al Centro de Intoxicaciones

Alimentos peligrosos para niños

Para los niños pequeños, aunque hayan cumplido su primer año, algunos alimentos son altamente peligrosos porque pueden atragantarse. Cuidado con las frutas secas, las aceitunas y el pan integral con granos enteros.

Papas fritas para los niños

¿Hay algún inconveniente en ofrecerles papas fritas a los niños?

En principio no. El problema es que no siempre conocemos con qué clase de aceite están fritas estas papas ya elaboradas, y por lo tanto no sabemos si contienen grasas saturadas. Además, los niños no deben comerlas fuera de las comidas porque pueden quitarles el apetito o producirles un exceso de peso (no hay que olvidar que proporcionan una cantidad importante de calorías).

Para evitar estos perjuicios, lo mejor es ofrecérselas de vez en cuando como guarnición de los segundos platos, pero en cantidad no superior a 30 gramos.

Tips del desarrollo del bebé

0-12 MESES
Le espera un largo camino para recorrer. Por ahora, él trata de dar su primer paso en el mundo.

1 AÑO
Comer no es sólo ingerir alimentos. Es una experiencia en la que intervienen todos los sentidos.

2 AÑOS
Su exagerado sentido de la propiedad puede provocarles más de un disgusto. Cómo enseñarles a
compartir sus bienes con los demás.

3 AÑOS
Son capaces de disparar cuatrocientas preguntas diarias. Atención, cariño y un cuento es nuestra respuesta.

4-5 AÑOS
Los globos son la alegría de cualquier reunión infantil. Ideas para jugar con ellos.

6-8 AÑOS
Los niños buenos, obedientes y sumisos parecen una bendición. Sin embargo, tanta perfección puede esconder más de un conflicto.

9-11 AÑOS
No todos duermen como lirones. Algunos se despiertan con pesadillas o no pueden conciliar el sueño.

Cambios en la personalidad del niño

Unos son revoltosos en casa y santitos al llegar al jardín; otros parecen criaturas inocentes en el hogar y terremotos en el colegio. ¿A qué se deben esos cambios?

Cuando Gonzalo, de tres años, apareció por la mañana en el jardín, todos los chicos hicieron un círculo a su alrededor. El pequeño comenzó a hacer muecas, sacar la lengua y, finalmente, soltó un par de palabrotas recién aprendidas que ni siquiera entendía. Al oír esto, su madre exclamó horrorizada: "¡No es posible! ¡En casa ni abre la boca!".

Caras de asombro, extrañeza e incredulidad son las reacciones más habituales cuando los padres se enteran de cómo se comportan sus hijos en el jardín. Muchos de ellos no pueden comprender por qué su pequeño, tan tímido y calladito, se convierte de pronto en el payaso del grupo, en un descarado o camorrero..., Y si desconcertante resulta descubrir que nuestro angelito es, fuera del hogar, una criatura insoportable, no lo es menos saber que el chiquitín de la casa desordenado y contestador, se comporta en el jardín como un ser adorable.

Cambios sin importancia

Este tipo de transformaciones son completamente normales en el ámbito del jardín, donde casi ningún niño se porta de la misma manera que en su casa. En general, los niños ensayan y adaptan su comportamiento a cada situación. Saben perfectamente lo que pueden permitirse hacer y con quién. Y esto también se observa en la familia. Así, el pequeño puede atreverse a tomar la comida del plato con las manos delante de mamá, y probablemente utilice siempre el tenedor en presencia de papá.

La "doble personalidad" de los niños se manifiesta claramente en el jardín. Allí los límites suelen ser mucho más flexibles y los niños pueden hacer tonterías, gritar, patalear... Casi todo está permitido. Esta tolerancia anima a los pequeños a probar nuevos papeles. Sobre todo aquéllos que jamás practicarían en casa.