En determinadas ocasiones, un aparente resfrío camufla una dolencia más grave. Bronquitis, amigdalitis, faringitis, otitis, neumonía... son afecciones más o menos comunes del aparato respiratorio que podrían afectar a la gestante.
La visita al médico es ineludible, puesto que una infección no tratada puede derivar en múltiples problemas, algunos de enorme gravedad (en el peor de los casos, puede causar muerte fetal). El facultativo confirmará si existe infección y si ésta es de origen vírico o bacteriano (la terapia es distinta en cada caso).
Las molestias (tos, dolor de garganta, congestión, secreciones abundantes...) pueden mitigarse con recursos naturales. Si la infección es bacteriana, es preciso tomar antibióticos (el médico aconsejará los que sean aptos para el embarazo). Aunque los síntomas remitan o desaparezcan, se debe finalizar el tratamiento prescrito para evitar recaídas. Asimismo, hay que controlar la temperatura con antitérmicos (de ser posible, paracetamol).
La visita al médico es ineludible, puesto que una infección no tratada puede derivar en múltiples problemas, algunos de enorme gravedad (en el peor de los casos, puede causar muerte fetal). El facultativo confirmará si existe infección y si ésta es de origen vírico o bacteriano (la terapia es distinta en cada caso).
Las molestias (tos, dolor de garganta, congestión, secreciones abundantes...) pueden mitigarse con recursos naturales. Si la infección es bacteriana, es preciso tomar antibióticos (el médico aconsejará los que sean aptos para el embarazo). Aunque los síntomas remitan o desaparezcan, se debe finalizar el tratamiento prescrito para evitar recaídas. Asimismo, hay que controlar la temperatura con antitérmicos (de ser posible, paracetamol).