A muchos chicos les basta con ver algo de color verde para cerrar la boca a cal y canto. Los papas no tienen que forzarlos a comer lo que no quieren, pero sí deben tratar de convencerlos de que las verduras no son feas.
La inmensa variedad de hortalizas y verduras es ya un aliciente para buscar alguna a su gusto. Una acertada preparación es lo mejor para convencer a los más reacios.
Entre los platos más aceptados por los chicos están: el puré de zapallo con cierto sabor dulce, el jugo de tomate, los zapallitos rellenos o salteados con huevo... También da muy buenos resultados mezclar las espinacas, el repollo y la coliflor con salsa blanca.