Es el regreso del útero a su forma y su volumen normales. El útero, que ocupaba hacia el final del embarazo la mayor parte del abdomen, con una altura de 32 cm, debe regresar a la pelvis menor, recuperando sus dimensiones normales, es decir de siete a ocho centímetros de altura.
Esta involución se realiza con rapidez en los quince primeros días: el útero se ha reducido ya a la mitad durante la primera semana, y a lo largo de la segunda regresa por completo a la pelvis menor. No obstante, el regreso total a la normalidad será mucho más lento: de dos a tres meses.
Al mismo tiempo, el interior de la cavidad uterina cicatriza: se trata de la regeneración de la mucosa. Esta regeneración viene acompañada por la eliminación de secreciones, sangre y restos de tejido, elementos que constituyen las pérdidas denominadas «loquios».
Esta involución se realiza con rapidez en los quince primeros días: el útero se ha reducido ya a la mitad durante la primera semana, y a lo largo de la segunda regresa por completo a la pelvis menor. No obstante, el regreso total a la normalidad será mucho más lento: de dos a tres meses.
Al mismo tiempo, el interior de la cavidad uterina cicatriza: se trata de la regeneración de la mucosa. Esta regeneración viene acompañada por la eliminación de secreciones, sangre y restos de tejido, elementos que constituyen las pérdidas denominadas «loquios».